Geología cotidiana II_ Las Rocas Carbonatadas

Esta nueva entrada , es continuación de la entrada publicada hace unos meses donde hacía un recorrido por mi entorno cotidiano, fijándome en los diferentes tipos de Granito que me encontraba.

En la anterior ocasión, quizás podría haberla clasificado como _ Las Rocas Ígneas y dentro de estas, los Granitos, pero en esa ocasión, concretar en la clasificación me resulta más tedioso.

Lo primero de todo, es definir el concepto de Roca Carbonatada: Según el Diccionario de Geología de A. Foucault y J.F Raolult son rocas sedimentarias formadas por lo menos, de un 50% de carbonatos ( minerales caracterizados por el ión (CO3)2-, ya sea calcita, dolomita o aragonito), representando un 20% de las rocas sedimentarias, en este libro se proponen diversas clasificaciones como la de Dunham, atendiendo a la textura o la de Folk que tiene en cuenta la naturaleza del cemento y los aloquímicos de la roca.

Si consultamos el libro de Geología de Melendez Fuster, En el capítulo X: Rocas de precipitación química: I_ Las Rocas Carbonatadas, nos dice que el carbonato cálcico y el carbonato cálcico magnésico, son los constituyentes principales de estas rocas sedimentarias. En este libro se utiliza la clasificación de Pettijohn, que se basa en el origen y en su clasificación genética.

Otras características a tener en cuenta, es que la dureza de estas rocas es de 3 en la Escala de Mohs en la que 1 es muy blanda y 10 es muy dura. Son rocas que se erosionan y disuelven con muchísima facilidad. Su baja abrasividad propicia la facilidad de corte, lo que le confiere cualidades óptimas para la talla y para emplearla como material de construcción. Cabe mencionar que los tonos claros, beige, blanquecinos, amarillentos, rosados y grises le confieren mucho atractivo visual y dependiendo del tipo intraclastos que encontremos, el atractivo se multiplica.

Dentro de este grupo, normalmente se engloban también los mármoles. El mármol es una roca metamórfica que deriva de calizas o dolomías por lo general.

Estos materiales se han utilizado a lo largo de los siglos y en la actualidad se siguen utilizando sobre todo en fachadas, para elementos de ornamentación, en muebles urbanos y principalmente en interiorismo.

Comienza mi ejercicio de observación. Voy a la cocina y me fijo en el mortero, se trata de un mortero color negro con restos de pequeños bivalvos, ese color oscuro, no es habitual en este tipo de rocas no obstante, existe. Se encuentra pulido en el exterior pero no en el interior, donde se encuentra apomazado. Es una caliza negra, con algunas vetas blancas y pequeños restos fósiles. Posiblemente se trate de Negro Calatorao.

En la entrada de «geología cotidiana I» la encimera de mi cocina era de granito, pero la de casa de mis padres está plagada de fósiles. Es de color rosado y cada día que voy, descubro algún fósil que no había visto con anterioridad. Es una roca carbonatada, pulida y con algún tratamiento de sellado. Posiblemente sea el conocido como Rojo Bidasoa por la cantidad de fósiles asociados pero, a veces creo que es más el llamado Rosa Duquesa, por el color más rosado que rojizo. Sea cual sea su nombre comercial, es muy distinto a lo habitual y muy llamativo.

En el baño, no dejo de sorprenderme con el travertino de color beige, crema, donde se aprecian perfectamente las distintas capas de su textura bandeada. Aparece pulido y el tratamiento de sellado se aprecia perfectamente en las oquedades. Siendo el mismo material, se aprecia una diferencia entre el que forma las placas o losetas que recubren las paredes y el suelo un poco más amarillentas y las utilizadas en la encimera del lavabo ligeramente más blanquecinas, creando un contraste sorprendente.

Salgo a la calle, de paseo y al pasar cerca de una Iglesia del S.XVII, me llama mucho la atención la variedad de materiales utilizados en la construcción de la fachada porticada, entre los que resaltan unos cantos de color beige algo amarillentos, de textura áspera, rugosa con muchas oquedades, tratándose nuevamente de travertino pero esta vez en forma de sillares.

Un poco más lejos, me fijo en la fachada amarillenta de un edificio y al acercarme compruebo que está compuesta por grandes losas de travertino, con oquedades rellenas de color rojizo y otras capas de color más amarillento, lo que nos indica que contiene limolita.

Continúo mi paseo, y reparo en las baldosas de la acera y lo primero que me llama la atención es el color y la disposición. Se trata de una caliza marmorizada tableada en forma de losas donde se aprecia el lajado y las lascas, son de colores grises y rosados y de diversos tamaños. Este material es comercializado bajo el nombre de Rosa Bierzo.

En la ciudad abundan las fachadas de los edificios de diversos granitos, siendo, las fachadas de rocas carbonatadas más escasas, pero aún así, existen. En la fachada fotografiada destaca un fósil de Turritella. Se trata de una caliza color beige, con tonos grisáceos y anaranjados por los óxidos de hierro. El nombre comercial puede ser Crema Ibérico. Y se presenta en losas de tamaño mediano, pulidas y con un tratamiento de sellado.

En la misma calle, la coloración rojiza destaca y me acerco a observar. Se trata de grandes losas que forran la fachada y el portal de un edificio. Losas pulidas. LLama la atención la gran cantidad de fósiles que contiene, tratándose del llamado Rojo Bidasoa o Rojo Batzan.

En mi recorrido me fijo en las casas blasonadas de mi ciudad, las más abundantes del S.XVIII y sus blasones o escudos de las familias más influyentes de la ciudad en ese siglo, están tallados sobre un material que destaca. Se trata de la llamada Caliza de Boñar, una caliza dolomitizada de color beige-ocre, de fácil labra y escultura. Al no poder comprobarlo, por la altura y la distancia, no he podido tocarlo y mucho menos hacer la prueba del HCl, encuentro que este dato está documentado y estudiado en textos de la época y estudios recientes.

Regreso a casa, me asomo a la terraza y me fijo en el alfeizar. Una gran cantidad de nummulites me esperan. Se trata de una caliza nummulítica, color grisáceo, puntualmente algo rosada, posiblemente Piedra de Girona. No está pulida y se distingue las distintas texturas con los dedos.

Aquí termina mi paseo de observación sobre la geología que nos rodea en el día a día. Seguramente, si prestamos más atención, descubramos más geología apasionante, casi sin salir de casa. Todos estos materiales nos dan información muy interesante sobre ambientes sedimentarios, clima, composición y nos hacen pensar y querer saber un poco más sobre el porqué del uso de unos materiales u otros, de los gustos, de las modas, de la cercanía o lejanía de las canteras. ¿Te atreves a seguir mirando?

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